Los escandalos por pederastía
Los Escándalos por Pederastia No Son Privativos de la Iglesia Católica, Pero los Medios de Comunicación Así Desean que Parezca
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A continuación ofrezco la traducción de tres artículos aparecidos en la prensa estadounidense, en el año 2002, lo que nos indica que esta campaña sucia de medios de comunicación no es nueva, sino que, al contrario, es cíclica y cada vez más agresiva. Es sorprendente darse cuenta que, al contrario de como los medios de comunicación nos lo han presentado, este lamentable problema no es exclusivo de los sacerdotes católicos y que, la información que tiende a clarificar el asunto es relegada.
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1. ‘Los escándalos sexuales también afectan a los ministros protestantes’ por Richard N. Ostling del San Fransisco Chronicle
2. ‘El abuso sexual, una crisis de diversas fes’ por Teresa Watanabe de Los Angeles Times
3. ‘El abuso sexual, un problema que no es exclusivo de la Iglesia’ por Thurston Hatcher de CNN
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1. ‘Los escándalos sexuales también afectan a los ministros protestantes’ por Richard N. Ostling del San Fransisco Chronicle
La avalancha de denuncias por abuso sexual en contra de sacerdotes, este año (2002) se ha concentrado sobre la Iglesia Católica, pero las denominaciones protestantes también se han enfrentado a escándalos sexuales protagonizados por sus ministros.
De hecho, aunque que las estadísticas no son muy detalladas, al menos un experto piensa que la incidencia del acoso sexual por sacerdotes es tan frecuente, o infrecuente, según se vea, en el protestantismo como en el catolicismo.
El historiador de la Universidad del Estado de Pensilvania, Philip Jenkins, argumentó en su libro “Pedophiles and Priests” -1996- (pedófilos y sacerdotes), que tanto los medios de comunicación seculares y los católicos exageran en la extensión de los casos de sacerdotes católicos involucrados en abusos a menores, mientras que minimizan los abusos llevados a cabo por ministros protestantes.
Por ejemplo, el Rev. Robert Eckert, de Grand Rapids, Michigan, un ministro de la Iglesia Metodista Episcopalista Africana, fue enviado a prisión en el año 2000 por haberse involucrado con una joven de 15 años que trabajaba para él como niñera, pero el caso recibió muy poca atención de los medios.
Jenkins, episcopalista, cree que la encuesta de 1992 en la Arquidiócesis de Chicago es la más acertada para describir la situación del catolicismo.
De entre 2,252 sacerdotes que sirvieron durante cuatro décadas, 39 de ellos, el 1.7 %, aparentemente abusó de un menor de edad. Sólo uno fue calificado como pedófilo, bajo el estricto criterio clínico de la palabra, lo que significó que la víctima realmente era un pre-adolescente.
“Estoy más predispuesto a ser convencido de que los católicos tienen un problema mayor que los protestantes”, dijo Jenkins, pero nadie tiene buenas referencias estadísticas, en parte porque los grupos protestantes son diversos y numerosos. “Prácticamente no existen estadísticas, aunque me he esforzado en buscarlas”.
El sicólogo de Mineápolis, Gary Schoenener, estuvo de acuerdo con él.
“No existen datos realmente precisos” sobre los casos en el protestantismo, dijo. Desde 1974, su Centro Público de Consultoría ha servido en el asesoramiento de más de 2 mil casos de abuso sexual por parte de ministros religiosos de todas clases, en los cuales dos tercios de éstos han pertenecido al protestantismo.
Ha encontrado que el problema más frecuente en el protestantismo es el involucramiento sexual con jóvenes adolescentes y mujeres adultas.
En un caso típico de abuso sexual por parte de un ministro protestante, un jurado otorgó una compensación por 10 millones, a los familiares de la difunta Deborah Yardley, de Columbus Ohio.
La demanda fue contra el Rev. Steven Colliflower, un Metodista Unido, que tuvo una aventura sentimental con Yardley cuando ella buscó su ayuda por su alcoholismo y sus problemas emocionales, él abandono su ministerio poco después que ella lo demandara y posteriormente ella falleció por cirrosis.
La revista conservadora ‘World’ dijo que el protestantismo enfrentaba un “severo problema” con sus ministros que se involucraban con sus feligreses, llamando a esto, “un flagrante abuso de poder”.
Schoener dijo que los casos de ministros religiosos que han abusado sexualmente de menores, son muy raros, en todas las denominaciones.
Un estudio de la Iglesia Presbiteriana de EEUU, que cubrió ocho estados durante seis años, encontró 17 casos registrados de ministros con 17 víctimas, todas del sexo femenino, con sólo un caso involucrando a una menor.
Existen también diferencias en cuanto a la forma en que se investigan los casos de abuso sexual por parte de ministros protestantes y los casos de ministros católicos.
Los Obispos católicos de EEUU adoptaron una serie de principios en 1992, que permitieran dar una respuesta diligente a las denuncias en contra de sus ministros, la apertura con los parroquianos, el cuidado de las víctimas y el cumplimiento de las leyes seculares sobre el reporte de la conducta criminal. Pero algunos obispo católicos han admitido que no siempre han seguido estos lineamientos.
Estos principios católicos también especifican que un sacerdote debe ser inmediatamente suspendido y canalizado a evaluación médica cuando exista suficiente evidencia de su mal comportamiento. El tema de la rehabilitación a su ministerio, queda abierto a una decisión futura.
En la Iglesia Evangélica Luterana Estadounidense, al menos, todo sucede más ágilmente.
El obispo Donald McCoid de Pittsburg, presidente de la conferencia episcopal (de la Iglesia mencionada), de 5.1 millones de miembros, dijo que cuando sus colegas reciben denuncias en contra de sus ministros, “cualquier cosa en nuestra agenda es pospuesto”. Si un pastor admite el cargo, dijo, el obispo le retira sus privilegios el mismo día y lo remite a las autoridades civiles, por los cargos que involucran a menores de edad.
Otra diferencia: Los funcionarios protestantes, en su mayoría madres y padres de familia, tienen cargos importantes en la supervisión de sus ministros. El mando en el catolicismo es casi absolutamente ejercitado por obispos ordenados o superiores religiosos.
Los ministros luteranos, así como los metodistas o los presbiterianos, que se consideran inocentes de cargo, se ponen a prueba, pero puede defenderse a través de procesos internos y apelaciones.
Durante los debates sobre la conducta homosexual, estas tres denominaciones han definido normas para sus ministros que limitan la conducta sexual al matrimonio heterosexual y la castidad para los solteros.
Es difícil valorar la respuesta a las acusaciones a ministros bautistas y de otras denominaciones, donde cada congregación local se encarga de manejar los casos.
El ejemplo más sobresaliente es el de la Convención Bautista del Sur, el grupo protestante más grande de los EEUU, con 101,000 ministros (año 2002), el doble de los sacerdotes católicos. En la década pasada, su servicio de prensa reportó dos casos de acoso sexual a menores, en contra de un joven obrero y de un maestro de artes marciales.
Pero Dee Ann Miller, de la ciudad de Council Bluffs, Iowa, dijo que esta mala conducta está mucho más esparcida.
Desde que escribió su libro, en 1993, acerca de su propio caso de abuso por un misionero africano, ella ha denunciado 22 casos en contra de los ministros de la Convención Bautista del Sur, en los que están involucrados menores, incluyendo seis niños preadolescentes.
Miller denunció que esta denominación ha ignorado el problema. Ella ha dicho que el abuso “sólo se detendrá cuando los laicos se enfurezcan lo suficiente y declaren incompetentes a sus ministros.”
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2. ‘El abuso sexual, una crisis de diversas fes’ por Teresa Watanabe de Los Angeles Times
La ola de escándalos sexuales de ministros religiosos que envuelve a la Iglesia Católica, también ha afectado a otras denominaciones, produciendo un registro desigual en la respuesta, que va desde las políticas agresivas y detalladas de la Iglesia Episcopal, hasta la notable falta de normas formales de la Convención Bautista del Sur.
En la década pasada, la conducta sexual nociva de ministros religiosos ha sido expuesta en virtualmente cada tradición de fe. Estudios a nivel nacional en EEUU no han mostrado diferencias en la frecuencia de los casos entre las diferentes denominaciones, regiones, teologías o estructuras institucionales.
Las principales denominaciones protestantes generalmente han tomado medidas preventivas y más agresivas en contra de las denuncias de abuso sexual de sus ministros de culto, mientras que las iglesias más fundamentalistas han tomado menos medidas, según Gary Schoener, sicoterapista de Mineápolis que ha tratado más de 2 mil casos de abuso sexual por ministros de culto, en los pasados 10 años. Recientemente, los rabinos han comenzado a trabajar en políticas sobre este problema.
La respuesta de la Iglesia Católica ha variado dramáticamente, en parte debido a que las 195 diócesis (de EEUU) operan independientemente. Una de las primeras en tomar cartas en el asunto fue la Arquidiócesis de Seattle, la cual, en los primeros años de la década de los 80 del siglo pasado comenzó a ventilar los problemas y a diseñar procedimientos sobre el asunto. En contraste, los funcionarios de la Iglesia en Boston fueron acusados de haber reasignado rutinariamente a tantos como 80 sacerdotes que estuvieron bajo sospecha de acoso sexual a menores, en diferentes iglesias. Fueron los casos de Boston los que despertaron el furor nacional sobre los caos de abuso por parte de ministros de culto.
En cada una de las fes, el problema de la conducta nociva sexual por parte de sus ministros de culto fue expuesto durante los pasados 10 a 15 años debido a que las víctimas comenzaron a tomar medias al respecto, y las demandas comenzaron a prosperar, ganando casos y las aseguradoras comenzaron a solicitar contramedidas para prevenir este abuso.
“Las víctimas alzaron la voz, y cuando no obtuvieron justicia en las iglesias, buscaron alternativas en el sistema legal y comenzaron así las demandas”, dijo Elizabeth Stellas, experta en conducta nociva sexual por parte de ministros de culto y quien es pionera en programas de ayuda a víctimas en su Centro (interreligioso) de Prevención de la Violencia Sexual y Doméstica en Seattle.
Entre los protestantes, el caso que colmó el vaso fue en el que estuvo involucrada una mujer, quien acusó a la Diócesis Episcopal y a su obispo presidente por haber encubierto la conducta nociva sexual de uno de sus ministros de culto. Cuando un jurado encontró responsabilidad en esta iglesia, sus líderes tuvieron que pagar 1.2 millones de dólares como indemnización, en 1991, “lo que cambió completamente la situación del protestantismo”, dijo Schoener, “ya que dejó abierta la puerta para fincar responsabilidades en otros”.
Las aseguradoras influyeron en la repuesta episcopalista.
Sin embargo, después del caso de Colorado, los funcionarios de la Iglesia Episcopalista fueron aconsejados por las aseguradoras para desarrollar políticas para contrarrestar la conducta nociva sexual, en 1993, y completaron el entrenamiento inicial en su diócesis en un año, según dijo el Rev. Beverly Factor, funcionario encargado de la conducta nociva sexual en la diócesis episcopalista de Los Angeles.
El entrenamiento, que incluye pautas, vídeos y foros de discusión sobre estos temas y descripciones conductuales de los abusadores y cómo mantienerse al margen de esta conducta, es obligatorio para todos sus ministros, tanto del personal interno como de los laicos quienes trabajan con los jóvenes.
“La aseguradora de la iglesia nos dio un ‘codazo’ y nos dijo que teníamos que hacer algo ya que ellos no podrían sostener las indemnizaciones”, dijo Factor.
La Iglesia Episcopalista tiene, lo que los expertos refieren como las políticas más adecuadas, y un agresivo apoyo a éstas que las refuerzan, entre todas las instituciones religiosas. Una de sus características notables es la apertura. Los funcionarios diocesanos informan a la congregación, tanto de la conducta nociva del ministro, como de la lista de éstos que han sido suspendidos o depuestos, por medio de su anuario. En contraste, la arquidiócesis católica de Los Angeles está consciente del retiro de muchos sacerdotes suspendidos por abuso sexual, pero se niega a identificarlos o incluso a decir cuántos de ellos han estado involucrados en estas circunstancias.
La reacción de un obispo fue rápida y decisiva.
En la diócesis episcopalista de Los Angeles, el recién retirado obispo Frederick H. Borsch dijo que él recuerda sólo dos casos de abusos por ministros de culto en los que se involucraron menores, durante su cargo, que comenzó en 1988…
En un caso de 1994 que involucró a un ministro de Palmdale con dos víctimas adolescentes, Borsch escribió una carta a los congregantes afectados informándoles de los problemas a pocos días de haber sucedido, y eventualmente revocó las ordenes de este ministro y fue depuesto. Los funcionarios diocesanos hicieron públicos todos los documentos a los reporteros.
Las políticas nacionales también han sido adoptadas por la mayor parte de las corrientes principales protestantes, incluyendo Metodistas, Presbiterianos y Luteranos. Al norte de California, la Iglesia Unida Metodista ha pedido a uno de sus expertos, Karen McClintock, que imparta talleres sobre conducta nociva sexual, para ministros y laicos…
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El rabino Sanford Ragins dijo que la Conferencia Central de Rabinos de EEUU comenzó a tomar cartas en este asunto…, en parte debido a la reacción de los reportes de los medios de comunicación y su referencia a seis casos legales en contra de las iglesias episcopalista y católica, por conducta nociva de sus ministros de culto. En 1998, esta conferencia emitió detalladas pautas acerca de cómo reportar estos casos, cómo responder, investigar y canalizar denuncias por conducta sexual nociva. La suspensión o expulsión de rabinos debe ser reportada a la conferencia por medio de una carta, y los infractores quedan excluidos de ocupar nuevamente sus labores de rabino en el futuro.
Ragins, quien presidía este comité cuando el presidente de la Unión Colegiada Hebrea, Sheldon Zimmerman fue expulsado por conducta sexual abusiva en el año 2000, dijo que una o dos demandas se manifestaron ese año. Dijo que nunca le tocó un caso de conducta nociva sexual con menores.
Este movimiento conservador actualmente está trabajando sobre sus políticas, los movimientos ortodoxos judíos recientemente fueron perturbados por un caso que involucró a Baruch Lanner, un conocido y joven nacionalista que fue procesado en Nueva Jersey por cargos de abuso sexual a adolescentes. El caso primero fue reportado en el diario judío de Nueva York, ‘Jewish Week’, en artículos que detallaban las acusaciones de los adolescentes y que incluían abusos sexuales, físicos y tormentos sicológicos. El máximo dirigente de la Unión Ortodoxa fue obligado a renunciar y el caso llevó al desarrollo de nuevas políticas.
Al menos un investigador judío ha dicho que es común que la conducta nociva sexual todavía sea encubierta por los rabinos. Charlotte Rolnick Schwab, sicoterapista de Nueva York y autor de un libro sobre abuso sexual llevado a cabo por rabinos, dijo que ha recibido cientos de denuncias de mujeres, de muchas partes y que todavía observa a los rabinos negándolo públicamente. Muchas veces las congregaciones mismas exacerban los problemas.
En un caso que involucró a un rabino de Florida y que fue encarcelado por utilizar el Internet para buscar jóvenes varones y abusar de ellos, el apoyo de su congregación influyó para que el juez lo sentenciara a seis años de cárcel, en vez del máximo de 60 años, dijo Schwab, “es atroz”.
Cargos similares han sido imputados en contra de ministros de la Convención Bautista del Sur, la mayor concentración bautista de los EEUU. Dee Ann Miller, una defensora de las víctimas de abuso y autor de libros sobre el tema, dijo que ella ha recibido quejas de víctimas de 30 estados, y la mitad de éstos involucran a menores de edad. Dijo que los funcionarios de esa iglesia no han respondido a estas acusaciones.
Cuando por primera vez informó a las autoridades de esta iglesia sobre su propio caso de abuso sexual, por parte de un misionero Bautista del Sur, en África, hace muchos años, obtuvo como respuesta de los funcionarios, que en parte, había sido su culpa.
En una encuesta de 1993 del Journal of Pastoral Care, el 14% de los ministros Bautistas del Sur encuestados dijeron que habían estado involucrados en casos de conducta sexual inapropiada, y el 70% dijo que conocían a un ministro involucrado en esta situación, y el 80% dijo que estaba de acuerdo en que hacían falta pautas explícitas sobre el problema.
Richard Land, presidente del Comité de Ética de los Bautistas de Sur, dijo que las iglesias de la convención son totalmente autónomas y probablemente nunca adoptarían políticas ya que para ellos era obvio que el abuso sexual estaba mal. Dijo que el entrenamiento contra la conducta sexual nociva en los seminarios de los Bautistas del Sur ya está en práctica, los cuales producen cerca de la mitad de los ministros de la convención, y que los casos que él conoce llevaron a la rápida remoción del cargo del culpable y a su renuncia.
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3. ‘El abuso sexual, un problema que no es exclusivo de la Iglesia’ por Thurston Hatcher de CNN
Los expertos han enfatizado que este problema difícilmente es privativo de los ministros de culto y que tampoco es común entre ellos.
“Muchas personas expresan que debe haber algo fundamentalmente dañino dentro de la Iglesia, pero si se observa esta situación desde una perspectiva más amplia, este problema no es sólo un problema de la Iglesia católica o un problema de sacerdotes”, dijo el sicólogo Stephen Rossetti. “Este es un problema social y no es más probable que un sacerdote esté implicado en él”.
Fred Berlin, director del Instituto Nacional para el Estudio, Prevención y Tratamiento del Trauma Sexual, dijo que no existe evidencia que diga que este problema ocurre más frecuentemente en la Iglesia que en otros segmentos de la sociedad.
“Es tan sólo un problema trágico que ha estado presente por años, en todos los aspectos de la sociedad”, dijo Berlin, profesor asociado del departamento de siquiatría de la Universidad Hopkins. Rossetti citó estadísticas que sugerían que el 0.8% de los sacerdotes había estado involucrados en algún caso de abuso sexual con menores en toda su carrera. Eso representa menos o por lo mucho iguala la estadística de toda la sociedad, dijo.
El obispo Wilton D. Gregory, presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de EEUU, emitió una declaración expresando que los obispos sienten “profunda pena” por el comportamiento de algunos de sus sacerdotes bajo su autoridad.
Pero también buscó llamar la atención sobre 40 mil “maravillosos sacerdotes” quienes sirven a la Iglesia (en EEUU).
“Estoy muy triste por los crímenes de unos pocos que han ensombrecido la gracia y la labor necesaria que necesitan realizar día a día en la sociedad y por la Iglesia”, dijo.
Berlín también expresó su preocupación porque el escándalo ha alcanzado y empañado a muchos sacerdotes inocentes de cargo.
“La aplastante mayoría de sacerdotes, dicho de la mejor forma, están realizando sus labores apropiadamente. Ellos son gente decente y sincera que han sido severamente victimizados por esto”, dijo.
Rossetti sostiene que muchos funcionarios de la Iglesia han tratado el problema con responsabilidad, pero sugirió que los sacerdotes no han realizado una labor adecuada para transmitir sus preocupaciones por estos casos al público.
“Uno de los errores en que hemos caído es que no hemos comunicado efectivamente nuestra consternación, disgusto y frustración hacia los sacerdotes que han estado relacionados en casos de abuso sexual de menores”, dijo Rossetti, “pienso que esa es la razón por la cual dice la gente que la Iglesia no recibe el mensaje, porque de alguna manera, no hemos sido transparentes en lo que hacemos al respecto”.
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Traducción de Alejandro Villarreal de bibliaytradicion.wordpress.com