Interpretacion de las Escrituras

Tres criterios para una interpretación de la Escritura conforme al Espíritu que la inspiró.  (Concilio Vat. II cf DV 12,3)

¿Como podemos estar seguros que interpretamos la Biblia correctamente? El Catecismo de la Iglesia Católica (112-114) enseña tres criterios que la Iglesia siempre ha sostenido como necesarios para interpretar correctamente la Biblia:

1. Prestar una gran atención "al contenido y a la unidad de toda la Escritura".
En efecto, por muy diferentes que sean los libros que la componen, la Escritura es una en razón de la unidad del designio de Dios, del que Cristo Jesús es el centro y el corazón, abierto desde su Pascua. (Cf. Lc 24,25-27.44-46).

Sto. Tomas de A. enseña que el corazón de Cristo designa la sagrada escritura. La Sagrada Escritura, por su parte, hace conocer el corazón de Cristo.  "Este corazón estaba cerrado antes de la Pasión porque la Escritura era oscura. Pero la Escritura fue abierta después de la Pasión, porque los que en adelante tienen inteligencia de ella consideran y disciernen de qué manera deben ser interpretadas las profecías. (Sto. Tomás de A., Psal. 21,11)

2. Leer la Escritura en "la Tradición viva de toda la Iglesia".
Según un adagio de los Padres, "La Sagrada Escritura está más en el corazón de la Iglesia que en la materialidad de los libros escritos"
("Sacra Scriptura principalius est in corde Ecclesiae quam in materialibus instrumentis scripta"). En efecto, la Iglesia encierra en su Tradición la memoria viva de la Palabra de Dios, y el Espíritu Santo le da la interpretación espiritual de la Escritura.  (Orígenes, hom. in Lev. 5,5).

-"Estoy con quien esté unido a la Cátedra de san Pedro"  "yo sé que sobre esta piedra está edificada la Iglesia". Ver: San Jerónimo: como interpretar las escrituras. 

3. Estar atento "a la analogía de la fe".
Por "analogía de la fe" (cf. Rm 12,6) entendemos la cohesión de las verdades de la fe entre sí y en el proyecto total de la Revelación.

El sentido de la Escritura
(Catecismo I.C. 115-119)

Según una antigua tradición, se pueden distinguir dos sentidos de la Escritura: el sentido literal y el sentido espiritual; este último se subdivide en sentido alegórico, moral y anagógico. La concordancia profunda de los cuatro sentidos asegura toda su riqueza a la lectura viva de la Escritura en la Iglesia.

El sentido literal. Es el sentido significado por las palabras de la Escritura y descubierto por la exégesis que sigue las reglas de la justa interpretación. "Todos los sentidos de la Sagrada Escritura se fundan sobre el sentido literal" S.Tomás de A., s. th.1,1,10,ad 1
("Omnes sensus (sc. sacrae Scripturae) fundentur super litteralem".).

El sentido espiritual. Gracias a la unidad del designio de Dios, no solamente el texto de la Escritura, sino también las realidades y los acontecimientos de que habla pueden ser signos.

1. El sentido alegórico. Podemos adquirir una comprensión más profunda de los acontecimientos reconociendo su significación en Cristo; así, el paso del mar Rojo es un signo de la victoria de Cristo y por ello del Bautismo. (cf 1 Co 10,2)

2. El sentido moral. Los acontecimientos narrados en la Escritura pueden conducirnos a un obrar justo. Fueron escritos "para nuestra instrucción" (1 Co 10, 11; cf Hb 3-4,11).

3. El sentido anagógico. Podemos ver realidades y acontecimientos en su significación eterna, que nos conduce (en griego: "anagoge") hacia nuestra Patria. Así, la Iglesia en la tierra es signo de la Jerusalén celeste. (cf Ap 21,1-22,5)

Un dístico medieval resume la significación de los cuatro sentidos:
La letra enseña los hechos,
la alegoría lo que has de creer,
el sentido moral lo que has de hacer,
y la anagogia a dónde has de tender.
(Littera gesta docet, quid credas allegoria, Moralis quid agas, quo tendas anagogia.)

"A los exegetas toca aplicar estas normas en su trabajo para ir penetrando y exponiendo el sentido de la Sagrada Escritura, de modo que con dicho estudio pueda madurar el juicio de la Iglesia. Todo lo dicho sobre la interpretación de la Escritura queda sometido al juicio definitivo de la Iglesia, que recibió de Dios el encargo y el oficio de conservar e interpretar la Palabra de Dios" (Dei Verbum 12,3):

"
No creería en el Evangelio, si no me moviera a ello la autoridad de la Iglesia católica". San Agustín, fund. 5,6.
(Ego vero Evangelio non crederem, nisi me catholicae Ecclesiae commoveret auctoritas).


Las Sagradas Escrituras
Para entenderlas necesitamos la Iglesia y un corazón abierto

Las Escrituras deben ser explicadas por una autoridad competente:
Lucas 24,27:  Y, empezando por Moisés y continuando por todos los profetas, (Jesús) les explicó lo que había sobre él en todas las Escrituras.

Hechos 17,2  Pablo, según su costumbre, se dirigió a ellos y durante tres sábados discutió con ellos basándose en las Escrituras

II Pedro 1,20  Pero, ante todo, tened presente que ninguna profecía de la Escritura puede interpretarse por cuenta propia

Muchos leían las Escrituras pero no las entendían ni aceptaban a Jesús porque sus corazones permanecían cerrados:
Juan 5,39-40  -Vosotros investigáis las escrituras, ya que creéis tener en ellas vida eterna;
ellas son las que dan testimonio de mí; y vosotros no queréis venir a mí para tener vida.

Mateo 22,29  -Jesús les respondió: «Estáis en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios.»

 Hechos 13:27  -Los habitantes de Jerusalén y sus jefes cumplieron, sin saberlo, las Escrituras de los profetas que se leen cada sábado;

Lucas 24,45: -Y, entonces, abrió sus inteligencias para que comprendieran las Escrituras,

Consecuencias de interpretar las Escrituras sin la guía de la Iglesia

II Pedro 3,16-17  -Lo escribe también en todas las cartas cuando habla en ellas de esto. Aunque hay en ellas cosas difíciles de entender, que los ignorantes y los débiles interpretan torcidamente - como también las demás Escrituras - para su propia perdición.  Vosotros, pues, queridos, estando ya advertidos, vivid alerta, no sea que, arrastrados por el error de esos disolutos, os veáis derribados de vuestra firme postura.


 
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